viernes, 11 de mayo de 2012

Seminario sobre "La Anunciación" de Rublev

Gracias a la iniciativa de la Prof. Roxana Nicoletti, directora del Taller San Lucas de Bahía Blanca, durante el mes de Marzo alumnos y profesores iconógrafos de Buenos Aires y otros puntos del país compartimos diez días de convivencia, estudio, trabajo y oración en torno al tema: "La Anunciación" del santo iconógrafo ruso Andrei Rublev.



Este Seminario de Formación forma parte de una cadena que vienen desarrollándose organizados por la misma Profesora, capacitando en técnicas de escritura de iconos con pigmentos naturales al temple, y otros sobre dorado, con resultados admirables.
El cierre del Seminario fue coronado con la Bendición de los Iconos y la bendición de manos de los Iconógrafos que tuvo lugar en la Capilla del Colegio Jesús María, cede del mismo. La Celebración fué presidida por el P. Horacio quien profundizó el mensaje central del Evangelio según San Lucas 1,26 ss. y animó nuestra vocación artística en el contexto eclesial y social con sencillez y profundidad.


Al final de la celebración nos regaló este poema, sorprendiéndonos con su delicado detalle de haber escogido para nosotros palabras significativas de este autor bonaerense:

BENDICIÓN DE LAS MANOS
(de un poema de Evaristo Carriego, 1883-1912)

A todas las evoco. Pensativas,
cual si tuvieran alma, yo las veo
pasar, como teorías que viniesen
en las estancias líricas de un verso.

Las buenas, las cordiales, generosas
madrecitas de olvidos en los duelos,
las buenas, las cordiales, que ya nunca
las volvimos a ver, ni en el recuerdo.

Las manos enigmáticas, las manos
con vagos exotismos de misterio,
que ocultan, como en libros invisibles,
las fórmulas vedadas del secreto.

Las manos que coronan los designios,
las manos vencedoras del silencio,
en las que sueña, a veces, derrotado,
un tardío laurel de luz el genio.

Las santas, inefables, las ungidas
con mirras de perdón y de consuelo:
amadas melancólicas y breves
de los poetas y de los enfermos.




Las místicas, fervientes como exvotos,
inmaterializadas en el rezo,
las manos que humanizan las imágenes
de los blondos y tristes nazarenos.

Y las manos que triunfan del olvido,
¡esas, blancas como el remordimiento
de no haberlas besado, ni siquiera
con el beso intangible del ensueño!

1 comentario:

  1. Que recuerdos!! Todavía no lo terminé de pintar.

    Saludos y cariños para todos!

    Walter Lanza.

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